miércoles, 24 de abril de 2013

23 de abril: Feliz Día Mundial del Libro

"Los libros van siendo el único lugar de la casa donde todavía se puede estar tranquilo".

Julio Cortázar

Un estar sin estar, un espacio de fuga, un abismo, un encontrarse con los otros y nosotros mismos, un desafío, un deseo irresistible de que ese libro no termine. Pero vendrá otro que nos arranque mariposas de la boca.

¿Cuál es tu libro preferido?

martes, 2 de abril de 2013

Comparto Liniers


La lectura es una práctica que se contagia y contagia...


Tenés que animarte...
Para saber más sobre el historietista Liniers, mirá: http://es.wikipedia.org/wiki/Liniers_(historietista)


Ejercicio de escritura N° 1

¡Arranca la producción!

La tarea es que realices una entrada a tu diario de "Relatos de viajes", con fecha 27/03 y narres la experiencia personal  que viviste en la caminata a la cascada del Regimiento. Podés ayudarte leyendo este link sobre las características propias de este tipo de texto:
 
 
 
y observando las fotos para recordar situaciones, recorridos, anécdotas, juegos, aprendizajes, compartires y sentires también.
 

Extensión: mínimo 20 renglones, máximo 30.
Fecha de entrega: hasta el viernes 12/04 se reciben los escritos.
Consultas: a través de este medio y/o durante las clases.

¡A escribir!  ¡Suerte!

Caminata

Cascada del regimiento

Comparto algunas fotos del gran evento gran... Organizado por los profes de Educación Física, nos acompañó un hermoso día!
Acá van:











Bienvenidxs!

Hola a todxs!

Comienzo a transitar esta experiencia con la intención de acercar el aula hasta tu casa. O mejor aún, trascender los límites del aula, ampliar y compartir nuestras horas de Lengua y Literatura con vuestros pares, alumnxs y docentes y quien quiera sumarse al proyecto.

Este blog comienza como una suerte de registro de clases.  Una mezcla entre los dos segundos, el "A" y el "C", del CPEM N° 28, donde trabajo. Y se irá conformando según la participación e interés de todxs lxs alumnxs del curso y de quiénes quieran colaborar.

Intento crear lazos, tejer hilos, armar un entramado entre ustedes, mis queridísimos alumnxs y la literatura / lectura de...  Ese será mi principal objetivo.

Cuento con su colaboración y participación activa. Con vuestros comentarios, inquietudes, aportes y tareas. Porque creo que juntos construimos vínculos y hacemos de nuestro andar un camino positivo y enriquecedor.
 
Saludos a todxs,
 
                                                        Marcela

Clase N° 4 -segunda parte-

El cuento tradicional


Bien, comenzamos a trabajar con el material teórico que cada uno trajo acerca del relato tradicional, sus principales características. Compartimos datos, anotamos en el pizarrón, tomaron nota. Les conté de Vladimir Propp (http://es.wikipedia.org/wiki/Vlad%C3%ADmir_Propp) y su estudio del cuento tradicional en Morfología del cuento. Retomamos algunas de sus características (de las treinta y pico que él rescató)
 
Leímos el cuento "Los tres deseos" y en un par de consignas identificamos las características propuestas por Propp.
 
Acá va otra versión diferente de la que leímos en clase y de paso, queda en evidencia esta cuestión que comentamos acerca de que cada vez que se relata un cuento, se produce una versión diferente de él, diferente de otra anterior.
 
Los tres deseos
 
Había una vez un hombre, que no era muy rico, que se casó con una bella mujer. Una noche de invierno, sentados junto al fuego, comentaban la felicidad de sus vecinos que eran más ricos que ellos.

-¡Oh! -decía la mujer- si pudiera disponer de todo lo que yo quisiera, sería muy pronto mucho más feliz que todas estas personas.

-Y yo -dijo el marido-. Me gustaría vivir en el tiempo de las hadas y que hubiera una lo suficientemente buena como para concederme todo lo que yo quisiera.

En ese preciso instante, vieron en su cocina a una dama muy hermosa, que les dijo:

-Soy un hada; prometo concederles las tres primeras cosas que deseen; pero tengan cuidado: después de haber deseado tres cosas, no les concederé nada más.

Cuando el hada desapareció, aquel hombre y aquella mujer se hallaron muy confusos:

-Para mí, que soy el ama de casa -dijo la mujer- sé muy bien cuál sería mi deseo: no lo deseo aún formalmente, pero creo que no hay nada mejor que ser bella, rica y fina.

-Pero, -contestó el marido- aún teniendo todas esas cosas, uno puede estar enfermo, triste o incluso puede morir joven: sería más prudente desear salud, alegría y una larga vida.

-¿De qué serviría una larga vida, si se es pobre? -dijo la mujer-. Eso sólo serviría para ser desgraciado durante más tiempo. En realidad, el hada habría debido prometer concedernos una docena de deseos, pues hay por lo menos una docena de cosas que yo necesitaría.

-Eso es cierto -dijo el marido- pero démonos tiempo, pensemos de aquí a mañana por la mañana, las tres cosas que nos son más necesarias, y luego las pediremos.

-Puedo pensar en ello toda la noche -dijo la mujer- mientras tanto, calentémonos pues hace frío.

Mientras hablaba, la mujer cogió unas tenazas y atizó el fuego; y cuando vio que había bastantes carbones encendidos, dijo sin reflexionar:

-He aquí un buen fuego, me gustaría tener un alna de morcilla para cenar, podríamos asarla fácilmente.

Tan pronto como terminó de pronunciar esas palabras, cayó por la chimenea un alna de morcilla.

-¡Maldita sea la tragona con su morcilla! -dijo el marido-; no es un hermoso deseo, y sólo nos quedan dos que formular; por lo que a mí respecta, me gustaría que llevaras la morcilla en la punta de la nariz.

Y, al instante, el hombre se percató de que era más tonto aún que su mujer, pues, por ese segundo deseo, la morcilla saltó a la punta de la nariz de aquella pobre mujer que no podía arrancársela.

-¡Qué desgraciada soy! -exclamó- ¡eres un malvado por haber deseado que la morcilla se situara en la punta de mi nariz!

-Te juro, esposa querida, que no he pensado en que pudiera ocurrir -dijo el marido-. ¿Qué podemos hacer? Voy a desear grandes riquezas y te haré un estuche de oro para tapar la morcilla.

-¡Cuídate mucho de hacerlo! -prosiguió la mujer- pues me suicidaría si tuviera que vivir con esta morcilla en mi nariz, te lo aseguro. Sólo nos queda un deseo, cédemelo o me arrojaré por la ventana.

Mientras pronunciaba estas frases corrió a abrir la ventana y su marido, que la amaba, gritó:

-Detente mi querida esposa, te doy permiso para que pidas lo que quieras.

-Muy bien, -dijo la mujer- deseo que esta morcilla caiga al suelo.

Y al instante, la morcilla cayó. La mujer, que era inteligente, dijo a su marido:

-El hada se ha burlado de nosotros, y ha tenido razón. Tal vez hubiéramos sido más desgraciados siendo más ricos de lo que somos en este momento. Créeme, amigo mío, no deseemos nada y tomemos las cosas como Dios tenga a bien mandárnoslas; mientras tanto, comámonos la morcilla, puesto que es lo único que nos queda de los tres deseos.

El marido pensó que su mujer tenía razón, y cenaron alegremente, sin volver a preocuparse por las cosas que habrían podido desear.
 
 
 


Clase N° 4 -primera parte-

Aquí estamos...

Como un breve flash, en esta clase compartimos la lectura del libro álbum Había una vez, de María Teresa Andruetto (texto)  y Claudia Legnazzi (ilustracuiones), editorial Calibroscopio. Ahora lo compartimos y ampliamos y recomendamos...


Un bellísimo libro que recupera la voz de Las mil y una noches que cruza mundos hasta llegar al nuestro.  Un verdadero homenaje al poder que los cuentos son capaces de ejercer:

“Y así fue que, esperando morir, ella contó más de mil cuentos.Y en esos cuentos vivió para siempre.”

La estructura se repite seis veces: Scheherezade, Anú, Saläh, Ghuta, Sura y nuevamente Scheherezade son las mujeres de esta historia. Sin embargo, en cada paso se presentan leves variaciones. Si Ghuta amaba los cuentos, Sura creía en ellos; si los cuentos de Scheherezade entretenían al gran Visir, los de Sura aplacaban la ira de su Señor; si Anú es una mujer extraña, Scheherezade es inteligente y sensible.

Las ilustraciones de Claudia Legnazzi funcionan como un instrumento en una orquesta. Evocan el mundo árabe de Las mil y una noches, pero sin afán representativo, lo mismo que ocurre con el relato textual. Acompañan a éste en su rítmica. Texto e imágenes alternan una mujer y un país (una ciudad). Los primeros se presentan fragmentados, a razón de uno por hoja, mientras que las ilustraciones están trabajadas a doble página. En algún caso, éstas llegan a tener mayor contundencia, como en el tramo en que el relato dice “Cuentos de mujeres que contaban cuentos.” La narración no puede omitir la presencia de un varón. Es la crueldad de un hombre poderoso y despechado la que justifica la historia. Las ilustraciones, en cambio, pueden hacerlo, agregando sentido a un libro que, entre otras cosas, es también una reivindicación de la mujer.