miércoles, 29 de mayo de 2013

Al abrigo, Juan José Saer

Comenzamos con la lectura de este hermoso y perturbador cuento del santafesino Juan José Saer.


 
“Al abrigo”, de Juan José Saer. En: La mayor

                        
  
Un comerciante de muebles que acababa de comprar un sillón de segunda mano descubrió una vez que en un hueco del respaldo una de sus antiguas propietarias había ocultado su diario íntimo. Por alguna razón --muerte, olvido, fuga precipitada, embargo-- el diario había quedado ahí, y el comerciante, experto en construcción de muebles, lo había encontrado por casualidad al palpar el respaldo para probar su solidez. Ese día se quedó hasta tarde en el negocio abarrotado de camas, sillas, mesas y roperos, leyendo en la trastienda el diario íntimo a la luz de la lámpara, inclinado sobre el escritorio. El diario revelaba, día a día, los problemas sentimentales de su autora y el mueblero, que era un hombre inteligente y discreto, comprendió enseguida que la mujer había vivido disimulando su verdadera personalidad y que por un azar inconcebible, el la conocía mucho mejor que las personas que habían vivido junto a ella y que aparecían mencionadas en el diario. El mueblero se quedó pensativo. Durante un buen rato, la idea de que alguien pudiese tener en su casa, al abrigo del mundo, algo escondido --un diario, o lo que fuese--, le parecía extraña, casi imposible, hasta que unos minutos después, en el momento en que se levantaba y empezaba a poner en orden su escritorio antes de irse para su casa, se percató, no sin estupor, de que él mismo tenía, en alguna parte, cosas ocultas de las que el mundo ignoraba la existencia. En su casa, por ejemplo, en el altillo, en una caja de lata disimulada entre revistas viejas y trastos inútiles, el mueblero tenía guardado un rollo de billetes, que iba engrosando de tanto en tanto, y cuya existencia hasta su mujer y sus hijos desconocían; el mueblero no podía decir de un modo preciso con qué objeto guardaba esos billetes, pero poco a poco lo fue ganando la desagradable certidumbre de que su vida entera se definía no por sus actividades cotidianas ejercidas a la luz del día, sino por ese rollo de billetes que se carcomía en el desván. Y que de todos los actos, el fundamental era, sin duda, el de agregar de vez en cuando un billete al rollo carcomido.


   Mientras encendía el letrero luminoso que llenaba de una luz violeta el aire negro por encima de la vereda, el mueblero fue asaltado por otro recuerdo: buscando un sacapuntas en la pieza de su hijo mayor, había encontrado por casualidad una serie de fotografías pornográficas que su hijo escondía en el cajón de la cómoda. El mueblero las había vuelto a dejar rápidamente en su lugar, menos por pudor que por el temor de que su hijo pensase que el tenía la costumbre de hurgar en sus cosas. Durante la cena, el mueblero se puso a observar a su mujer: por primera vez después de treinta años le venía a la cabeza la idea de que también ella debía guardar algo oculto, algo tan propio y tan profundamente hundido que, aunque ella misma lo quisiese, ni siquiera la tortura podría hacérselo confesar. El mueblero sintió una especie de vértigo. No era el miedo banal a ser traicionado o estafado lo que le hacía dar vueltas en la cabeza como un vino que sube, sino la certidumbre de que, justo cuando estaba en el umbral de la vejez, iba tal vez a verse obligado a modificar las nociones mas elementales que constituían su vida. O lo que el había llamado su vida: porque su vida, su verdadera vida, según su nueva intuición, transcurría en alguna parte, en lo negro, al abrigo de los acontecimientos, y parecía más inalcanzable que el arrabal del universo.


Algunas cuestiones acerca del cuento moderno...

Estamos de vuelta, adelantando próximos temas para el curso.

Acá van algunas consideraciones acerca del cuento moderno...


Al igual que los relatos tradicionales, el cuento moderno es una producción relativamente breve, pero producto de las propias invenciones y argumentos de un autor determinado. Es él quien crea, inventa los personajes, la trama y el clima del relato.

Edgar Alan Poe y Anton Chéjov fueron dos grandes maestros del género que también intenta ron definir qué hacían cuando escribían cuentos.

Teoría del cuento de Poe

El escritor norteamericano escribió relatos fantásticos y cuentos de policiales que son considerados por muchos piezas perfectas.  Sus explicaciones acerca de qué es un cuento y qué no, sirven para diferenciar un cuento de una novela.  Poe señala que el punto de mayor importancia a la hora de escribir un cuento es la unidad de efecto o impresión: el cuento debe ser atrapante e impactante, debe lograr “tener atado” al lector.

Este efecto, además, debe estar acompañado de otro punto importante, la brevedad: el cuento debe ser tan largo como para leerlo de un tirón.  Estas dos características deben darse juntas, al mismo tiempo.  Por eso, todas las palabras que se escriben en un cuento son el resultado de un cuidadoso trabajo de composición: antes de escribir se piensa, se calcula, se imagina la trama completa.

Teoría del cuento de Chejov

Anton Chéjov, en cambio, escribía de forma completamente diferente. Sus cuentos no dan la impresión de un perfecto mecanismo de relojería, como los de Poe. Sus personajes son hombres y mujeres comunes y corrientes, y sus relatos captan un momento cualquiera de la vida, un instante pasajero, sin importancia. Sin embargo, el lector experimenta una emoción intensa que lo mantiene unido al mundo del relato.  Los de Chéjov son cuentos de clima, de atmósfera.

Los dos caminos

En consecuencia, podemos señalar dos caminos en la construcción de un cuento.  Uno, a la manera de Poe, pone énfasis en la construcción de la trama y un efecto único. Este tipo de relatos suele tener un final sorpresivo e imprevisible. El otro, al modo de Chéjov, pone el acento en la creación de un clima, una atmósfera determinada. El cuento se “asemeja” más a la vida y no remata, necesariamente, de un modo sorprendente.

Poe y Chéjov marcaron con su sello la tarea del escritor de cuentos. Ambos escribieron en el siglo XIX. Desde entonces, los escritores exploraron nuevas formas. Entre los más destacadosescritores/as de cuentos podemos mencionar a: Franz Kafka, Washington Irving, Silvina Ocampo, Julios Cortázar, Horacio Quiroga, Juan José Saer, Liliana Heker, Abelardo Castilo, entre otros tantos. Alguno de ellos leeremos en la cursada.

lunes, 6 de mayo de 2013

Tarea

Para aquellos que no quieran/puedan sacar la fotocopia en el colegio,  acá va la   tarea para este miércoles 8/5.



  1. Leé las siguientes oraciones e indicá los lectos más importantes y los registros que se usan. Luego hacé tus propios ejemplos:
a)      “Disculpe señor, ¿sabría decirme dónde puedo encontrar un cajero automático por favor?”
b)      “Mama, duele, caí mamá”
c)      “Avisale a la mamá que voy a traer las ovejas pa´l corral”
d)      “Buenas tardes señora directora, me pidió la profesora que por favor lleve tizas al aula.”
e)      Ejemplo de sociolecto profesional, registro formal.
f)        Ejemplo de cronolecto juvenil, registro informal.
g)      Ejemplo de dialecto urbano, registro informal.

  1. Leé los siguientes fragmentos e indicá qué función del lenguaje predomina. Justificá tu respuesta e indicá la trama que prevalece y qué tipo de texto es.
a)   CRUCERO DEL NORTE
              Rumbo  a  la  excelencia
       Viaje con la flota más moderna del país.
  Todos los destinos nacionales e internacionales.
    Para más información comuníquese al:
                   02972 427500


     b)  El lunfardo se conoce comúnmente como un dialecto
          propio de las zonas urbanas de la Capital Federal, sobre
          todo, de los barrios de clase media y baja y de la zona
          de los conventillos. Su vocabulario es una mezcla de
          idiomas que surgió sobretodo de la incorporación del
          italiano y el gallego de la mano de los inmigrantes de
          principio de siglo XX.