EL CUENTO
FANTÁSTICO
Características
El
cuento fantástico, tal como se lo conoce en la actualidad, nació en el siglo
XVIII. Esto sucedió cuando la sociedad estaba lo suficientemente madura para
aceptar lo sobrenatural como manifestación artística, es decir sin creer que
los hechos que se contaban eran reales. Las primeras historias transcurrían en
castillos apartados y siniestros, y sus personajes eran damas en apuros y
jóvenes héroes que las rescataban.
En el siglo XIX surgió el cuento de
fantasmas, con autores como Charles Dickens, Oscar Wilde y Henry James, que
muestran en sus obras apariciones espectrales en casonas deshabitadas y
venganzas más allá de la tumba. Entre los autores contemporáneos del género se
encuentra el reconocido escritor Stephen King. En la literatura argentina los
más importantes son Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Julio Cortázar.
En un
cuento fantástico se pueden señalar una serie de características: la aparición
de elementos sobrenaturales, cierto tipo de personajes, un escenario especial,
el uso de ciertos recursos expresivos y la exigencia de participación del
lector.
En el relato fantástico, los hechos irreales no tienen justificación
alguna. No existe una certeza sobre lo que está ocurriendo, el lector necesita
explicaciones y estas no son provistas por el relato. Como lo afirma Tzvetan
Todorov: "la ambigüedad subsiste
hasta el fin de la aventura: ¿realidad o sueño? ¿Verdad o ficción?"
Lo
sobrenatural
En los cuentos fantásticos se
plantea la existencia de un mundo normal, natural, reconocido
inmediatamente por los lectores. Frente a él aparece un mundo sobrenatural,
anormal, distinto.
Los elementos sobrenaturales
irrumpen en el mundo normal de manera súbita y violenta. Esta irrupción provoca
una ruptura, en el mundo reconocible y normal, que ya no vuelve a ser el mismo.
Los
personajes
En los relatos de tipo fantástico,
los acontecimientos sobrenaturales les ocurren a personajes que encarnan personas
comunes y corrientes. Cuando aparecen seres sobrenaturales (el conde
Drácula, fantasmas, muertos vivos), el punto de vista no es el suyo, sino el de
narradores o personajes que pertenecen al mundo natural.
El escenario
En un cuento fantástico, el lugar
cobra decidida importancia, dado que un escenario bien caracterizado condiciona
todo un relato. Por eso, en muchos cuentos fantásticos de terror los hechos se
desarrollan en una casa embrujada. La descripción que de ella realice el autor
tendrá en cuenta tanto el aspecto físico (inmensos salones desiertos,
largas escaleras hacia habitaciones superiores o hacia los sótanos, cuartos
abandonados, numerosos pasillos) como la atmósfera que se desprenda del
ambiente: de amenaza, de opresión, etc.
La
participación del lector
A veces, los hechos narrados en un
cuento fantástico, por su misma esencia, hacen cuestionar al lector su
verosimilitud. Por ejemplo, en las novelas y cuentos de vampiros, la presencia
de estas criaturas de la noche, con extraños poderes y capaces de vivir
eternamente, escandaliza la experiencia cotidiana del lector, dado que en su
realidad no existen. Pero este mismo lector debe tratar de superar el impulso
que le hace negar o desechar estos textos y recordar que está leyendo ficción
literaria.
Cuando uno lee un cuento fantástico
y permanece al margen de los hechos narrados, puede decirse que toma una
actitud incrédula o escéptica. En cambio, si se identifica con el protagonista
y sigue los acontecimientos “creyendo” en la realidad contada, tiene una
actitud cómplice.
Para disfrutar plenamente de lo
relatado, entonces, es necesario un lector cómplice, que acepte esos hechos y
suspenda momentáneamente su incredulidad. De esta manera, el placer de la
lectura no se ve perjudicado por actitudes escépticas, y se experimenta lo
fantástico como una rica manifestación artística.
Los temas del
género fantástico
Algunos
de los temas del género fantástico son:
1) el hombre lobo
2) el vampiro
3) las
perturbaciones de la personalidad
4) los juegos de lo
visible y lo invisible
5) las alteraciones
de la causalidad, el espacio y el tiempo
6) la regresión
7) el juego entre
el sueño y la vigilia
El cuento
fantástico es un relato relativamente breve de carácter ficcional que admite en
la realidad de su texto la existencia o la posibilidad de existencia de
elementos (seres, cosas, lugares o hechos) sobrenaturales dentro de un mundo
que, aunque sea literario, es posible. El choque entre los hechos naturales y
los elementos prodigiosos impresiona al lector, quien vacila entre una
explicación lógica y una explicación mágica para lo que se cuenta.
EL CUENTO DE
CIENCIA-FICCIÓN
Existen diferentes definiciones de
ciencia ficción. La definición clásica del diccionario dice: “relatos fantásticos basados en la ciencia”.
Una propuesta más moderna asegura: “ciencia ficción es la literatura de la
imaginación disciplinada”. Esta definición quiere decir que:
1) En primer lugar,
la ciencia ficción es un género literario; por lo tanto, todo lo narrado
pertenece al campo de la ficción, y
2) la imaginación
creadora tiene un papel preponderante, pero esta misma imaginación está regida,
disciplinada, por los aportes de la ciencia.
Además, la expresión en español “ciencia
ficción” es una traducción incorrecta, pero muy aceptada, de la inglesa
“science-fiction”, que debería traducirse como “ficción científica”.
Así, si se habla de “ficción
científica” se pone el acento en el carácter ficcional de este género y se relega
la ciencia a un segundo plano.
Tipología de
la ciencia ficción
La ciencia ficción no es una
manifestación artística homogénea. Dentro de ella hay varios tipos que han dado
lugar a determinadas corrientes. Entre las principales clases de textos de ciencia
ficción se encuentran las siguientes:
1) Ciencia
ficción dura (“hard science fiction”). Se trata de
textos donde se desarrollan diferentes temas con presupuestos científicos muy
abundantes.
2) Historias de
espada y brujería (“sword and sorcery”). Estos relatos
transcurren en tiempos y lugares imprecisos, caracterizados por la magia y el
ideal caballeresco.
3) Historias del
espacio (“space opera”). Este nombre designa a las
narraciones de aventuras cuyos sucesos transcurren en el espacio exterior.
Las divisiones no son rígidas. El
film La guerra de las galaxias (Lucas, 1977), por ejemplo,
comparte las características de las historias de espada y brujería, y también
los rasgos de las historias del espacio.
Los temas de
la ciencia ficción
Entre los temas
predilectos de la ciencia ficción se encuentran los siguientes:
1) Los viajes por el espacio y el tiempo. Es muy común encontrar
relatos con viajeros espaciales y temporales. La conquista de mundos alejados
en el espacio exterior y la posibilidad de viajar por el tiempo han interesado
desde siempre a los escritores y a su público. El desarrollo de estos temas
trae aparejadas otras cuestiones:
a) la
posibilidad de encontrar vida en otros mundos. Esta
temática se desarrolla, por ejemplo, en los cuentos del libro Crónicas
marcianas de Ray Bradbury;
b) las invasiones extraterrestres. Es el caso de la novela La guerra
de los mundos, de Herbert G. Wells o la película Marte Ataca de Tim
Burton;
c) las guerras
interplanetarias. Este tema integra la serie literaria
y cinematográfica de La guerra de las galaxias, de George Lucas.
Un ejemplo de los viajes en el
tiempo lo constituye la novela de Herbert G. Wells. La máquina del tiempo.
Los viajes por el tiempo traen como
consecuencia las posibles paradojas temporales. Estas paradojas se producen
cuando coexisten cosas de manera ilógica. Por ejemplo, si una persona viaja
hacia el pasado, puede encontrarse consigo mismo cuando era más joven. Este
encuentro es una paradoja. Esta variante fue utilizada por la serie de films Volver
al futuro.
2) El futuro
anticipado. Muchos relatos de ciencia ficción
especulan acerca del futuro que le espera a la raza humana. Entre las
propuestas literarias las hay optimistas (utopías) y pesimistas (distopías). La
novela Fahrenheit 451, de Ray Bradbury, presenta un futuro masificador y
asfixiante donde hasta la propia literatura está amenazada. Se trata, por lo
tanto de una distopía. En cambio, Herbert G. Wells propone un futuro hasta
cierto punto esperanzador en Una historia de los tiempos venideros.
3) El hombre y
las máquinas. Las máquinas, producto de la creación el
hombre y nacidas para su salvación natural en la Revolución Industrial (siglo
XIX), se transforman en enemigas mortales en los relatos de ciencia ficción.
Así, se niegan a cumplir las tareas
para las que fueron creadas. Se han humanizado y se rebelan. Esto ocurre, por
ejemplo, con la supercomputadora HAL 9000 en 2001 Odisea del espacio.
También la novela de Philip K. Dick sobre la que se basó la película Bladerunner,
trata sobre esta cuestión: los perfectos y desarrollados androides no aceptan
ser desactivados y presentan batalla. La guerra contra las máquinas puede
llegar a extremos muy violentos, como sucede en Terminator.
4) Las
transformaciones del cuerpo humano. En la ciencia
ficción, las transformaciones del cuerpo humano se producen como resultado de
alguna intervención científica. El médico que sobrepasa los límites éticos de
la ciencia es uno de los personajes característicos. El referente más significativo
es la novela Frankenstein, de Mary Shelley. En ella, un médico, decidido
a descubrir el origen de la vida, arma un ser con restos cadavéricos y le da
vida por medio de la electricidad.
En la novela El extraño caso del
Dr. Jekill y de Mr. Hyde, de Robert L. Stevenson, las sucesivas
transformaciones del Dr Jekill en el malvado Mr Hyde se deben a una droga que
divide su personalidad.
El relato de
ciencia ficción es un texto ficcional de carácter narrativo que se basa en la
proyección de los adelantos de la ciencia y la tecnología, y que muchas veces
se desarrolla en el futuro como tiempo ideal en el cual esos adelantos podrían
hacerse realidad.
EL CUENTO POLICIAL
Definición del género
Es una narrativa
en la cual mediante la observación,
el análisis y la deducción
lógica
aplicada a un hecho policial, se busca descubrir al autor de un delito
y sus móviles
Hay quienes sostienen que tanto el cuento
como la novela policial son expresiones de un género menor, producto
de la cultura
de la masa, y que, por esto, buscan sólo entretener, divertir, distraer. Para
quienes adoptan una postura más radicalizada, se trata de una literatura de
evasión.
Según E. Anderson Imbert en el cuento policial "Al rompecabezas le falta
una pieza" el género detectivesco es un juego.
En la literatura policial, la investigación
nunca falla, el detective triunfa [...]. Por eso las novelas detectivescas no
pueden encontrar crímenes perfectos: ya que el describirlos es descubrirlos. En
la vida, en cambio,
la investigación policial suele fracasar. Hay millones de homicidios
que han quedado en la oscuridad
Origen y evolución
Desde fines del
siglo XVIII se observan dos actitudes
opuestas para resolver las situaciones de la vida humana. En una de ellas, la
racionalista, predomina la razón que explica, mediante la lógica, los hechos.
En la otra, la irracionalista, los sentimientos, la intuición y las emociones
prevalecen sobre cualquier otra interpretación.
El relato
policial nace como una expresión de este enfrentamiento y, al mismo tiempo,
como consecuencia de una realidad histórica: la formación de grandes ciudades y
el deseo y búsqueda de justicia.
Ingresan así, en la literatura, nuevos personajes y ambientes que son netamente
urbanos, entre ellos la policía y los cuerpos de seguridad,
que se organizaron sistemáticamente a principios
del siglo XIX, favorecidos por la investigación
científica. Lo policial, una especie muy heterogénea, se alimenta
fantasía, crímenes, fugas, búsquedas y persecuciones y, por sobre todo, plantea
un enigma que debe ser resuelto por la lógica.
Edgar Allan Poe,
con Los crímenes de la calle Morgue, es el creador de esta forma narrativa que
desde sus comienzos se difunde con rapidez por su eficacia
comunicativa. Resulta ser, así, un relato muy popular como la novela de
folletín. Esta circunstancia hace que como forma literaria no fuera tan
respetada frente a otras consideradas valiosas. Sin embargo, el relato policial
exige del escritor, además del dominio técnico, un ordenamiento riguroso de la
trama: debe crear hechos y vincularlos con lógica interior.
El detective
Sherlock Holmes, el médico Watson, de Arthur Conan Doyle, y el padre Brown, de
Chesterton, figuran entre los personajes más conocidos de la narrativa policial.
Otros autores difundidos son: Ágata Christie y Graham Greene.
Durante la
década de 1920 surgió en Estados
Unidos una nueva variedad de historia policíaca difundida a través
de las revistas de la época: el thriller. Esta nueva corriente se propuso
derribar las barreras que separaban la ficción detectivesca de otros géneros
populares, como la intriga y los relatos de espías. Entre los más destacados
autores estadounidenses figuran Dashiell Hammett, creador de Nick Charles y Sam
Spade, y Raymond Chandler, creador de Philip Marlowe, uno de los detectives más
populares del siglo XX.
Muchas obras de
ambos escritores han sido llevadas al cine con gran éxito.
Los detectives más famosos de la tradición policíaca estadounidense son tipos
duros que trabajan más por dinero
que por diversión. Si bien estas historias respetan todas las reglas clásicas
del género, el énfasis se pone más en la acción,
y la intriga pasa a ocupar una posición secundaria.
A partir de 1950 esta tendencia da paso a la novela de procedimiento
policial, basada en el modus operandi de los detectives reales para resolver
sus crímenes. La diferencia con la tradición anterior estriba en que el lector
no encuentra aquí héroes, sino hombres falibles de carne y hueso especialmente
entrenados para el desarrollo
de su oficio.
Fue el gran
poeta simbolista Charles Baudelaire quien dio a conocer el género en Francia
traduciendo las obras de Edgar Allan
Poe. Posteriormente, llegó también la corriente inglesa encabezada
por Conan Doyle, en un momento en que el género francés ya contaba con su
propio personaje de ficción, el inspector Lecoq, fruto de la imaginación del
novelista Émile Gaboriau.
Estas dos influencias son decisivas en la obra de Gaston Leroux, que en 1907,
escribe su primera y más famosa novela, El
misterio del cuarto amarillo. Su popular detective Joseph Rouletabille, un
joven y audaz periodista con unas dotes de análisis y deducción
extraordinarias, es el protagonista de un ciclo de novelas enormemente
populares entre los lectores franceses.
El novelista
francés de origen belga Georges Simenon, ocupa un lugar de honor en la
narrativa policíaca, con su célebre personaje del comisario Maigret, un
investigador de la verdad muy humano, cuyo método
consiste más que en deducir en intuir el motivo del crimen. Las novelas de
Simenon se alejan de los esquemas tradicionales de la investigación y ofrecen
intensos retratos psicológicos de personajes que se mueven en un mundo de
soledad y hastío frente a la derrota. Entre su vastísima producción (casi 500
novelas) cabe mencionar Maigret
(1934) o El testamento Donadieu
(1937).
A diferencia de
Francia y los países anglosajones, el género policíaco no goza de una tradición
amplia en los países hispanohablantes hasta bien entrado el siglo XX.
La narrativa
policial argentina ha sido innovadora, ya que no se ha limitado a imitar, y
menos a repetir, sino que ha sabido incorporar elementos propios.
En este sentido
jugó un importante papel la revista
VEA Y LEA que apareció durante unos quince años: esa revista organizó varios
concursos de cuentos
policiales y en cada número quincenal publicaba uno de ellos. Según las normas
del concurso, la acción de los cuentos debía transcurrir en territorio
argentino. Por lo tanto, los personajes, conflictos, situaciones, y ambientes
también lo eran. Esta norma impuso que los autores de cuentos en su inicio y
luego de novelas adaptaran al género policial clásico a las costumbres y al pensamiento
argentino de la época. Entre los aportes originales podemos mencionar el humor,
la reconversión del detective tradicional que es suplantado por un comisario o
inspector nada solemne que rinde culto al sentido común y que se apoya para sus
investigaciones
en la experiencia y en el
conocimiento del medio donde le toca actuar. Desconfía del saber
"oficinesco" y "libresco" y se guía para su investigación,
no tanto en teorías,
sino en el conocimiento
de los recovecos del alma humana. En muchos casos, el medio y los personajes
involucrados pueden ser rurales y no siempre urbanos, como en la literatura
policíaca clásica.
En la Argentina, se destacan los siguientes escritores de novela o cuento
policial: Jorge L. Borges,
Adolfo Bioy Casares, María A. Bosco, Manuel Peyrou, Marco Denevi
y Abel Mateo.
En la evolución de la narrativa policial distinguimos tres momentos:
· El interés
se centra en el argumento. La trama es rigurosa y los misterios o enigmas deben
ser aclarados en forma deductiva. Esta modalidad se cultivó hasta 1930.
· El centro del interés se desplaza hacia la explicación psicológica de
los hechos y en el comportamiento
de los personajes.
· En las últimas décadas, el relato policial es más realista y violento:
los delitos
tienen razones concretas, los personajes son tan actuales que nos sorprenden,
al igual que las armas
científicamente fabricadas; la trama entremezcla intriga, violencia,
sexo
y espionaje.
Elementos caracterizadores
Personajes: el policía, detective o inspector y el asesino o espía; o sea, los
buenos contra los malos. Por lo general, son personas que tienen caracteres
bien definidos y no evolucionan a lo largo del relato.
El detective, inspector, policía o simplemente un testigo o perjudicado por la
acción del malo, es quien lleva a cabo la investigación recolectando señales
para poder
descifrar la identidad
del delincuente o para entender sus móviles. Generalmente están acompañados por
un ayudante, quien es el que relata los hechos.
Los sospechosos,
es decir, todos aquellos que directa o indirectamente se hallan involucrados en
el hecho en cuestión, sea por sospechas
o por indicios comprometedores.
El asesino, el
espía, el delincuente, en una buena novela
policíaca es quien menos se espera que sea, por lo general, es un
personaje que carece de participación a lo largo de la novela y sus apariciones
se manifiestan en momentos claves. Se conoce su identidad en los últimos
capítulos.
Ambiente: Por lo general, es urbano. En los primeros relatos el crimen ocurría
en espacios interiores, en cuartos cerrados. En la actualidad, la violencia se
desata en las calles, ante la sorpresa o indiferencia de los posibles testigos,
quienes ayudaran en la investigación.
Trama: La trama del género policial es narrativa (puede integrar también
descripciones y diálogos) y su finalidad es estética.
Con respecto al lector, a menudo, estos relatos cumplen para él un fin de
entretenimiento o esparcimiento.
A menudo se
utiliza la técnica del suspenso y se va dosificando la revelación de los
acontecimientos para mantener la tensión, el interés y la perspicacia del
receptor, interesado en llegar al esclarecimiento del enigma plantado. Se deja
siempre un hilo o eslabón por resolver. Con rigor deductivo, el investigador
junto al lector desentrañan el enigma al reunir esos hilos en el desenlace.
Al principio se proponen varias soluciones
fáciles, a primera vista tentadoras, que sin embargo resultan falsas. Hay una
solución inesperada, a la cual solo se llega en el final. Para la solución del
enigma se desecha todo elemento sobrenatural o inexplicable. Es un relato hecho
para que el lector participe en desentrañar el misterio; ingresa en el mismo
como un investigador más.
Temática: La temática es más
bien limitada y precisa: crímenes, robos, secuestros, extorsiones, engaños,
infidelidades, estafas, fugas, persecuciones... En conclusión, los llamados
delitos policiales.
Estructura: El relato policial
se ajusta a una estructura propia, distinta, que no suele coincidir con la
estructura tradicional de las novelas: introducción,
nudo, desenlace.
En el relato
policial se empieza por un hecho enigmático o delictivo, que plantea múltiples
interrogantes y del cual se estudian los móviles, se busca el cómo, el dónde y
el porqué sucedieron los hechos. Cada parte suele presentar sus propias
secuencias narrativas. El tiempo para aclarar el misterio procede en dos
sentidos: mientras avanza la investigación (Futuro), se revela el enigma
(Pasado). Pero hay que tener en cuenta que a este relato precedo una etapa
previa de organización:
cuando el escritor imaginó o fraguó esa historia siguió un orden cronológico o
lineal (comienzo, desarrollo y desenlace). Al escribirla invirtió los
resultados, presentándolos al comienzo.
CUENTO REALISTA
Definición:
Es una narración basada en hechos reales o imitados de la realidad. Su
principal condición es la verosimilitud.
Características:
Ø En este cuento las situaciones están tomadas de
la realidad, donde se desarrolla la vida del hombre.
Ø El autor, al narrar, se coloca en una
posición objetiva, su intención es retratar sin deformar. Utilizan la
tercera persona gramatical y adoptan la perspectiva de autor omnisciente.
El autor parte de un hecho ocurrido en el pasado, reconocido o no por la
historia.
Ø Los personajes son verosímiles, esta determinado
con precisión para crear un clima de realidad.
Ø La acción se desarrolla en un tiempo lineal, y
cronológico, el escritor reproduce el lenguaje de los personajes, hablas
locales, modismos, y formas coloquiales.
Ø En resumen, el cuento realista es una presentación
seria y en ocasiones trágica de la vida cotidiana.
Ø El espacio adquiere mayor importancia, aparece
determinado con gran precisión con el objeto de crear un clima de realidad.